Diferencia entre revisiones de «Antonia Alba»
De Violencia de Genero
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Un premio puede sentar «fatal». Sobre todo si se llama Filoxera (plaga mala) y es el malo frente al premio Racimo, si te invita a reflexionar y si considera que boicoteas la igualdad entre hombres y mujeres.[...] Yo no conocía a ningún hombre malo, pero si la tele lo decía, pues los hombres eran malos. Un día, en una guardia del turno de oficio, me tocó un hombre que había sido denunciado por violencia de género. La Guardia Civil me dijo que era un buenazo, que lo conocían, y yo pensé, soberbia de mí, que, como eran hombres, se estaban apoyando. El hombre se quedó detenido hasta el día siguiente, cuando me lo encuentro agazapado en una celda, no me miraba, no me hablaba y yo cada vez más insolente porque no me contestaba. Le llegué a decir que si quería un abogado hombre. Cuando indago, hablo con los hijos y me doy cuenta de que el maltratado era él. Esa dosis de realidad no la pude gestionar en ese momento, lloré, no sabía cómo me había atrevido a juzgar de antemano a mi cliente, cuando yo era incluso su defensa. Empecé una penitencia». [...] «¿Me podéis discutir a mí que el 80% de las denuncias de violencia de género acaba en archivo o en sobreseimiento? ¿Por qué no se investiga ese tipo de procedimiento por parte de Fiscalía, por si en alguno de esos casos hay simulación de delito o una denuncia falsa?». <ref>https://www.elmundo.es/cronica/2018/05/05/5ae4d0bce5fdea7a5b8b464a.html</ref> | Un premio puede sentar «fatal». Sobre todo si se llama Filoxera (plaga mala) y es el malo frente al premio Racimo, si te invita a reflexionar y si considera que boicoteas la igualdad entre hombres y mujeres.[...] Yo no conocía a ningún hombre malo, pero si la tele lo decía, pues los hombres eran malos. Un día, en una guardia del turno de oficio, me tocó un hombre que había sido denunciado por violencia de género. La Guardia Civil me dijo que era un buenazo, que lo conocían, y yo pensé, soberbia de mí, que, como eran hombres, se estaban apoyando. El hombre se quedó detenido hasta el día siguiente, cuando me lo encuentro agazapado en una celda, no me miraba, no me hablaba y yo cada vez más insolente porque no me contestaba. Le llegué a decir que si quería un abogado hombre. Cuando indago, hablo con los hijos y me doy cuenta de que el maltratado era él. Esa dosis de realidad no la pude gestionar en ese momento, lloré, no sabía cómo me había atrevido a juzgar de antemano a mi cliente, cuando yo era incluso su defensa. Empecé una penitencia». [...] «¿Me podéis discutir a mí que el 80% de las denuncias de violencia de género acaba en archivo o en sobreseimiento? ¿Por qué no se investiga ese tipo de procedimiento por parte de Fiscalía, por si en alguno de esos casos hay simulación de delito o una denuncia falsa?». <ref>https://www.elmundo.es/cronica/2018/05/05/5ae4d0bce5fdea7a5b8b464a.html</ref> | ||
== Referencias == | |||
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[[Categoría:Héroes contra la ley viogen]] | [[Categoría:Héroes contra la ley viogen]] | ||
Revisión actual - 08:24 4 nov 2025
Representante en Cádiz durante varios años de Movimiento Femenino por la igualdad Real.
Bitácora
05/05/2018. Antonia Alba recibe el premio Filoxera que critica a las feministas no clientelares, va a dar un discurso al recibirlo
Un premio puede sentar «fatal». Sobre todo si se llama Filoxera (plaga mala) y es el malo frente al premio Racimo, si te invita a reflexionar y si considera que boicoteas la igualdad entre hombres y mujeres.[...] Yo no conocía a ningún hombre malo, pero si la tele lo decía, pues los hombres eran malos. Un día, en una guardia del turno de oficio, me tocó un hombre que había sido denunciado por violencia de género. La Guardia Civil me dijo que era un buenazo, que lo conocían, y yo pensé, soberbia de mí, que, como eran hombres, se estaban apoyando. El hombre se quedó detenido hasta el día siguiente, cuando me lo encuentro agazapado en una celda, no me miraba, no me hablaba y yo cada vez más insolente porque no me contestaba. Le llegué a decir que si quería un abogado hombre. Cuando indago, hablo con los hijos y me doy cuenta de que el maltratado era él. Esa dosis de realidad no la pude gestionar en ese momento, lloré, no sabía cómo me había atrevido a juzgar de antemano a mi cliente, cuando yo era incluso su defensa. Empecé una penitencia». [...] «¿Me podéis discutir a mí que el 80% de las denuncias de violencia de género acaba en archivo o en sobreseimiento? ¿Por qué no se investiga ese tipo de procedimiento por parte de Fiscalía, por si en alguno de esos casos hay simulación de delito o una denuncia falsa?». [1]